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Lo que todo Padre debe Decirle a su Hijo

Dígales estas tres cosas a sus hijos para ayudarles a estar equipados para la vida.

He visto hombres fornidos llorar como niños de 8 años cuando les preguntan: “¿Qué tipo de relación tenías con tu padre?”. El amor de un padre es poderoso, y los papás pueden usar esta extraordinaria influencia para hablar a la vida de sus hijos. Hay tres mensajes en particular que nuestros hijos necesitan y deben escuchar de nosotros. Cada uno de estos mensajes nos ayudará a prepararlos para vivir la vida que Dios ha diseñado para ellos.

Los tres mensajes esenciales son:

“Te amo, incluso cuando me siento decepcionado por tus decisiones”

Cuando mis hijos fallan o tienen dificultades, yo quiero demostrarles que los amo. Deben saber, ya sea en un momento de elogio o castigo, que mis palabras provienen de mi deseo de querer siempre lo mejor para ellos. Y, mi mayor esperanza para mis hijos es que mi amor incondicional les ayude a comprender la profundidad del amor que el Padre celestial tiene por ellos.

 “Siéntete cómodo contigo mismo”

Muchos hombres pasan toda su vida tratando de descubrir quiénes son. Una parte importante del trabajo de un padre es ayudar a su hijo a crear una sana conciencia de sí mismo. Cuando un joven comienza a apreciar la manera en cómo Dios lo creó, pierde menos tiempo buscando quién debería ser y pasa más tiempo persiguiendo el propósito de Dios para su vida.

Quiero ayudar a mis hijos a entender sus habilidades, sus dones y su personalidad. Con frecuencia le he dicho a mi hijo mayor: “Tus habilidades de liderazgo son muy naturales, y eso es un gran regalo”. Pero también he tratado de moldear el lado potencialmente negativo de ese rasgo diciendo: “Hijo, debes ser paciente con la gente. Sé gentil”. Puedo ver la conexión entre los dos lados de este rasgo, y quiero que él también lo entienda. Su capacidad para sobresalir en uno depende de su habilidad para controlar el otro.

“El sexo no es malo”

La mayoría de los niños llegan a sus años de adultos jóvenes completamente confundidos acerca del sexo. Por lo general, están atrapados entre los extremos de una promiscuidad abierta y una lujuria secreta. Los hombres jóvenes pueden llegar a creer que el sexo es malo y que las personas decentes no hablan de él ni lo desean. Y esta confusión generalmente los lleva a luchar de por vida con la pornografía.

Para aclarar esta confusión, los papás deben tener varias conversaciones con sus hijos. Estas discusiones deben incluir las verdades que dan sentido al sexo: Dios, el Evangelio y el propósito del matrimonio.

Si nos tomamos el tiempo y tenemos el valor de compartir estos tres mensajes, nuestros hijos estarán bien encaminados para convertirse en hombres seguros de sí mismos y bien equipados para la vida.

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